El balance necesario
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los efectos de la pandemia, ya se hablaba de una negociación con el FMI
para la...
martes, 11 de noviembre de 2008
Esa delgada línea que separa lo elegante de lo ridículo
Estoy convencido de que muchos de los que leen estas líneas son habituales visitantes de Scott Schuman, el ideólogo de The Sartorialist y omnipresente ideólogo del denominado estrit estail –o street style para los iniciados-. Yo lo visito de tarde en tarde, dado que me empacha un poco ver tanta gente cool en tan corto espacio. Debe ser envidia.
La cuestión es que después de pasear por las calles de Nueva York y, más concretamente, del SoHo, el barrio fashion por antonomasia y centro del universo sartorialista, uno se da cuenta de que el trabajo de Schuman no es tan complicado. El tramo de la calle Broadway que cruza el neoyorquino vecindario chic está abarrotado de personal que busca llamar la atención a toda costa. Cientos de personas orientadas a ser furtiva o descaradamente revisadas por las miradas del resto de los transeúntes. Decenas de gentes dispuestas a dejarse retratar por la cámara del momento.
Sin entrar a valorar lo complejo o sencillo del negocio de este señor, creo que vale la pena reflexionar acerca de ese comportamiento en cierta medida exhibicionista tan absolutamente aceptado, pero no por ello necesariamente elegante. Llamar la atención en cuanto a la forma de vestir no es en sí algo que pudiéramos considerar elegante o no. El hecho aquí es que no todo vale con tal de ser objeto de las miradas del resto de los mortales.
Fijémonos por un momento en el joven de la fotografía adjunta. El peinado, aunque un tanto rebuscado, podríamos decir que es original. La chaqueta bien cortada, ajustada y con un toque de distinción elegante como es el pañuelo en el bolsillo. La camisa, sin valorar el color, abrochada hasta arriba puede ser un guiño al origen albano-kosovar –puede que armenio, puede que siciliano- del interfecto. El reloj al más puro estilo Giovanni Agnelli todo un síntoma de dandismo.
Hasta ahí todo más o menos bien. Un cuasi-dandy posmoderno paseando por las calles de Nueva York con su bolsa del chino de la esquina. Pero llegamos abajo y nos encontramos ese esperpento estilístico: el calcetín por encima del pantalón, evocando claramente a los comuneros o regantes que antaño poblaban los regadíos de las vegas agrícolas de España.
Ahí es cuando el sujeto traspasa la delgada línea que va del dandismo al ridículo, de lo elegante a lo chabacano, del buen vestir al exhibicionismo barato. Porque se puede llamar la atención sin tener que merodear por la extravagancia de saldo. Se puede ser admirado sin necesidad de que chirríe la vista ajena. Incluso creo firmemente en el individualismo, que no es lo mismo que la excentricidad gratuita.
Puede que ir de esa guisa tenga mucho predicamento entre los blogueros de estrit estail, ansiosos por fotografiar a cualquiera que tenga los arrestos necesarios para ir disfrazado en pleno mes de noviembre –los carnavales son en febrero y jalogüen el 31 de octubre-. Pero, seamos sinceros, la elegancia la dejamos enterrada en beneficio de la exhibición pública. Por mucho que digan en los comentarios del blog de turno.
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23 comentarios:
Aplaudo tus palabras. Yo escribí sobre el tema dado que que cualquiera con una cámara se cree árbitro del buen vestir y la elegancia, y por ahí no pasaba, una cosa es ir mona, coqueta o resultona y otra muy diferente es tener estilo.
Hola Is,
Yo, en esta ocasión, no he querido llegar tan lejos. Lo que me llama poderosamente la atención es cómo se alaba el gusto de alguien que va hecho un auténtico espantapájaros. Todo ello en nombre de la moda o, lo que es peor, de las "tendencias".
Gracias por dejar tu huella. (¡Qué cursi!, ¿no?).
Me lees la mente? ayer mismo lo pensaba.
Me di un paseo por varios blogs de "moda casera" y ultimamente pienso esto mismo, nos ponemos todo lo que "está de moda" mezclamos de una forma arriesgada y muchas veces traspasmos la línea entre ir mono e ir hecho un esperpento.
De elegancia ya ni me molesto en hablar, eso no tiene nada que ver con moda, ni con nada que se le parezca.
Mi abuelo por ejemplo era elegante, y era elegante hasta con un polo,un vaquero y sus zapatos muy cuidados siempre.
Luego viene lo peor, la gente que ve a este esperpento y empieza a soltar por su boca frases como: fashion, cool y demás perogrulladas...ultimamente todo vale con tal de sacar los pies del tiesto de lo convencional.
A lo mejor lo que voy a poner suena atroz entre tan entendida concurrencia, pero es que uno no consigue encontrar la elegancia en todo aquello que se aparta del clasicismo.
La única excepción es la del individuo clásico, que lleva la elegancia por naturaleza y que, evidentemente, sí puede permitirse alguna excentricidad.
Pues sí, Cristina, esto de la elegancia excede con mucho al concepto de vestir o no con estilo. Todo esto de transgredir a cualquier precio y de querer destacar aún a riesgo de caer en el ridículo, me suena a un falso individualismo de que tendremos que hablar más adelante.
Venti, lo de lo clásico y lo moderno ya nadie sabe dónde empieza y dónde termina. Excentricidad, por supuesto. Pero sin violencia.
Gracias.
lo que ocurre es que generalmente quien cultiva en exceso una virtud la pervierte. y no hay nada menos elegante que querer ser elegante. hay gente muy bien vestida que es muy poco elegante y gente muy mal vestida bastante elegante. la elegancia es un concepto a veces algo etéreo. las mas no depende de la ropa sino de la persona o su actitud. y hacer pasar por elegante cualquier objeto, moda o persona determinada no es mas que un negocio, que mueve muchisimo dinero. si fueramos elegantes de verdad no consumiriamos tanto. por tanto es solo una industria de la viven millones de personas.
Muy cierto lo que dices; sin embargo me inclino a la forma de pensar de Ventimiglia, de que todo lo que se aparte de lo clásico pierde la elegancia. Aunque bien es cierto que en definir lo clásico bien podríamos emplear una vida y seguir en desacuerdo.
La elegancia siempre es discreción; como ya denota la supuesta vivencia atribuida a George Brummell. Cuentan que estaba en una fiesta en su casa y que un invitado dijo a Mr. Brummell "está usted verdaderamente elegantísimo"; nada más escucharlo fue rapidamente a cambiarse, no podía destacar tanto.
Esta claro que hoy en día no basta(o al menos no a algunos)con ir bien vestido,hay que destacar..
Probablemente será una consecuencia de las tiendas de "ropa rapida",en las que compra todo mortal.
Atemorizandote la posibilidad de salir de tu casa y encontrarte a la asistenta vestida igual que tú(con todo el respeto para mi asistenta,que es un encanto,pero no entra en mis planes ir de compras juntas).
Intentamos a toda costa encontrar algo que nos distancie de la legión de clones.
Esto es lo que le preocupaba al joven de la foto.Ha cuidado mucho su peculiaridad buscando incluso un color para el calcetín de tendencia.
A mi el resultado final me gusta.
Me hubiese gustado tambien sin,pero lo importante es que me gusta el conjunto,me gusta él.
Tiene porte...para los que admitais anglicismos "Attitude".
jajajaja si, esta fatal el mono.... pero yo desde el peinado imitando un look mal hecho no le cuadra, desde ahi uno nota que no tiene idea del buen gusto.
Wannabe,
La elegancia no es un negocio. El negocio consiste en vender la idea de que se es elegante haciendo esto o aquello o vistiendo esta marca o aquella.
Edward,
Yo discrepo contigo. No podemos considerar la elegancia únicamente en cuanto a la discreción. aquí algunas reflexiones al respecto del dandismo, o la elegancia sin discreción.
Yose,
Sobre gustos no hay nada escrito. En general la apariencia del muchacho, como digo está bien, pero lo de los calcetines es, a todas luces, una horterada de tomo y lomo. Muy interesante tu apreciación sobre la "necesidad" de destacar. Cada vez me reafirmo más en que estamos confundiendo individualidad con aceptación por parte de la manada. En otras palabras, si no destaco en algo la manada no me acoge en su seno.
Dorn,
Ya ves que no todo el mundo piensa como tú. Son percepciones, máxime cuando les sumamos términos tan etéreos como "actitud".
Creo que el debate está servido.
Cada quien cree saber que es elegante, probablemente yo no tengo idea, me gusta lo clasico, lo sencillo. Pero me encanta ser la unica en la reunion con un look un poco fuera de lo convencional.
Besos...
Sol, el otro día vi un blog de estos de una escuela de diseño o algo así de España y el material era bastante factible para cualquier Schuman, incluyendo a los de extrarradio. Y sobre la ropa de hace 20 años, recuerda que el "vintage" está más de moda que nunca.
Alejandrina, yo creo que a casi todo el mundo le gusta sobresalir en algo, lo importante es que no sea a cualquier precio.
Gracias por los comentarios.
Aquí en España está empezando a pasar. gente que se arregla en eventos con la esperzana de ser cazados por algún blogero famoso, entre los que me incluyo (qué pedante soy). Yo cuando detecto a esa gente miro para otro lado, en mi blog no!!!
Raquel, pedante no, un poco vanidosa, pero se te perdona. Seguiré atento a ver si rompes la norma que tú misma te has marcado.
Gracias.
Paco, será que yo no entiendo de estilismos ni tendencias ni nada de nada, lo que veo es a un señor al que le queda pequeña la chaqueta, vaya incomodidad,del resto de la indumentaria mejor no digo nada, y el peinado, bueno he visto cosas peores en la época punky de mi hija, porque mi hija era punky y no sabes que sufrimiento el mío cada vez que la veía vestida para salir a la calle, por fortuna esas son cosas que se curan con la edad, así que a lo mejor a este señor un día le viene la cordura.
Saludos!
genial colocación...creo que muchos blogs de moda de las calles no tienen elegancia mismo...
No estoy demasiado de acuerdo en que la elegancia está reñida con la extravagancia.
No sabría definir la elegancia, pero estoy segura que está al margen de las prendas que portes. Hay personas con ese "algo" especial, te guste o no los modelos que elijan, los colores que uitilicen, a la clase social a la que pertenecen... Se puede vestir estupendamente, no fallar nunca en las reglas de estilo y no conseguirlo. Definitivamente es un rasgo innato a ciertas personas que otras por mas que lo intentemos (quizas ese sea el priemer fallo), no lograremos jamas.
Y coincido en que muchos de los que se mueren por salir en los blogs de moda son una pandilla de "chungos" que a menudo rozan el ridículo. Luego lees los comentarios y ya alucinas de las conclusiones.
Lola,
En efecto la chaqueta le queda justita. Es tendencia, como bien dice Sol. Algunos definitivamente no estamos para tanta "modernidad", aunque nos arriesgamos algo, como yo con mis converse de piel azul marino y sin logo, huimos del look harapiento y cool que se nos quiere vender por todos lados.
Bea,
Yo tampoco creo que extravagancia y elegancia sean términos yuxtapuestos, pero sin violencia y sin la gratuidad. Como bien dices la percha es importante, aunque ahí está el debate sobre si la elegancia nace o se hace.
Gracias por los comentarios.
Qué gran selección de la imagen! Un fuerte abrazo.
Ramón
Gracias, Ramón. Se hace lo que se puede.
Por cierto que si yo tuviese valor para ir pidiéndole a la gente que me deje retratarlos para mi blog, hubiese traído mil ejemplos, incluso mejores que este, de gente que muere por llamar la atención y van hechos unos payasos por las calles del SoHo.
menos mal que no soy la única que cree que algunos de los fotgrafiados en blogs de street style rozan el ridículo... y de paso, gracias por pasarte por mi blog!
Gracias a ti, Esti. ¡Excelente trabajo!.
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