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miércoles, 22 de junio de 2011

Manual del perfecto caballero por José María López-Galiacho


Hago hoy un alto en el camino para felicitar a uno de los asiduos a este blog y virtualmente amigo José María López-Galiacho, conocido como El Aristócrata en este universo de prosa y vanidad, el cual denominamos de forma cursi la blogosfera. José María acaba de publicar el Manual del perfecto caballero. Normas básicas del buen vestir, tratado que, a juzgar por sus escritos en elaristocrata.com, se me antoja de obligada lectura.

Prologado por el Duque de Feria y editado por MR (Grupo Planeta), el manual glosa acerca de todo aquello que interesa a cualquier hombre que quiera conocer los fundamentos del vestir, a partir de los cuales cada uno interpreta su propio estilo. En palabras de su autor "a lo largo de sus más de trescientas páginas y cien fotografías analizo lo que muchos de nosotros consideramos como correcto a la hora de vestir de traje, de sport y de ceremonia".

Vale la pena resaltar que, en estos tiempos de mediocridad que nos ven transitar, haya personas que se animan a escribir sobre temas claves para nuestra vida en sociedad. Aunque muchos seguro que las consideran frivolidades.

Desde estas humildes líneas quiero felicitar al Aristócrata por su libro, el cual llegará a mis manos en cuanto regrese a España o un alma caritativa lo envíe por estas tierras.

jueves, 14 de enero de 2010

Los mejores y la elegancia


Hace algunos meses me embarcaba yo con fruición en una de esas cadenas de post, seguramente por el rollo cultureta, tan manoseado últimamente, de tratarse de un meme sobre libros. Imperdonable, sin duda. La cuestión es que en esas líneas apuntaba yo la necesidad de obtener un libro descatalogado: De Colón a Bolívar de Salvador de Madariaga. Fruto de diversas casualidades, el volumen cayó en mis manos, en edición de 1955 -escrito en 1941- del Círculo de Lectores. Han pasado cuatro años desde que un amigo, el cual no sé si continuará leyendo estas reflexiones mías, me lo recomendó.

Tanta espera ha merecido la pena. Aunque sea únicamente por esta frase: "España es el único estado en el mundo que entonces como hoy y como siempre se permitía y permite el lujo de tener ociosos a sus mejores hombres." Se refiere Madariaga a la patética existencia que vivió Hernán Cortés una vez regresado de su amada Nueva España (México), miembro de la corte de Carlos V y, aunque acomodado, sin más actividad que la que él mismo se procuraba y sin que el monarca contase con él para nada.

La Historia, esa "tragedia humana", en palabras del propio Madariaga, tampoco ha hecho justicia al gran conquistador. Pocos de de mis propios compatriotas saben que Hernán Cortés conquistó el imperio azteca, que contaba en aquel entonces con más de un millón de habitantes, con unos seiscientos hombres. Una hazaña monumental propia de un gran hombre, cuyo talento fue malogrado por sus contemporáneos.

Madariaga, quizá sintiendo que su propio talento como español de referencia de su época estaba siendo desperdiciado, va más allá de Cortés y señala esa condición nuestra, consistente en condenar al ostracismo a nuestros mejores paisanos, como vigente a mediados del siglo XX. Ya lo dice el sabio refranero popular: "Nadie es profeta en su tierra". Ortega y Gasset, coetáneo de Madariaga, apunta esto mismo señalándolo como envidia. Viene a decir Ortega que los españoles somos incapaces de escuchar a las personas sabias y lo que hacemos, en cuanto tenemos ocasión, es levantar la voz por encima de ellas.

En cualquier caso, este rasgo patrio que nos descubren dos grandes intelectuales del siglo pasado, parece que no ha dejado de tener vigencia en nuestra contaminada sociedad actual. Quizá más que nunca. Miremos a nuestro alrededor y comprobaremos cómo el ámbito público está plagado de seres mediocres, mientras que nuestros "mejores hombres" transitan entre nosotros sin pena ni gloria, cuando no han tenido que emigrar para verse reconocidos, como ocurrió con el investigador sobre el cáncer Mariano Barbacid.

De ahí que los modelos a seguir de nuestra sociedad no sean personas que han logrado con su esfuerzo y talento llegar a lo más alto de sus profesiones. Seguramente porque tampoco son los mejores los que alcanzan las cotas más elevadas. Sino que los que se nos presentan como referentes, son aquellos que han conseguido aprovechar mejor los resortes de esta sociedad para copar estrados oficiales, púlpitos mitineros y platós de televisión. Sin duda los nuevos paradigmas de esto que se viene conociendo como democracia.

Con este campo abonado para la mediocridad, desperdiciamos, como lo hacíamos ya en el siglo XVI, a nuestros más valiosos compatriotas. Siendo así que lo que se está perdiendo no es simplemente el talento de no pocos hombres y mujeres brillantes, sino nuestra capacidad para salir adelante y destacar como nación. Sigamos engrandeciendo a los mediocres y ninguneando a los que pueden destacar por su capacidad y esfuerzo. Estaremos sembrando nuestro propio fracaso como sociedad y como pueblo.

domingo, 17 de mayo de 2009

Los libros y la elegancia


No sé si realmente a alguien puede interesarle lo que yo leo o dejo de leer. La cuestión es Yose me ha invitado a una de estas cadenas blogueras que tanto detesto y no he podido vencer la tentación de adherirme. Borreguilmente, lo sé.

Actualmente estoy leyendo:
El tigre que no está de M. Blastland y A. Dilnot. Un libro muy interesante y que hace bueno aquello de los tres tipos de mentiras: las pequeñas, las grandes y las estadísticas.

Un libro que nunca terminaré:
Los pilares de la Tierra de Ken Follet. La primera y la última vez que se me ocurrió abrir un best seller. Un ladrillo, nunca mejor dicho.

Un libro que tengo pendiente por terminar:
Historia de la forma urbana de A.E.J. Morris. He leído trozos y es un libro interesantísimo, pero hay que tener paciencia y mucha concentración para leerlo, lo cual a mi me falla.

Un libro que me decepcionó:
¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer Johnson. Una memez –palabra de la que deriva “meme”- como la copa de un pino. Eran otros tiempos y ese lo iban regalando por todos lados.

Un best seller que no tengo el más mínimo interés de leer:
No leo ese tipo de literatura. Me cansa, me aburre y me parece una verdadera pérdida de tiempo, en mi caso. Respeto mucho al que le gusta este tipo de literatura, por llamarla de algún modo.

Un libro que me gustaría que me regalasen:
La Historia del Arte de Ernst Gombrich; y De Colón a Bolívar, de Salvador de Madariaga, está descatalogado.

Un libro que me emocionó:
La peste de Albert Camus. La novela de Camus es muy buena, porque sus ensayos son demasiado densos.

Un libro pendiente que seguro que leeré algún día:
La Biblia. Lo he intentado dos veces.

Un libro que me gustaría volver a leer:
Trilogía de Madrid de Francisco Umbral. Fue el primer libro que leí del maestro y a partir de ahí todo cambió; El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, todo un descubrimiento.

Un libro que recomendaría:
Muchos, muchísimos. Me ha gustado mucho Fueras de serie de Malcom Gladwell que es el último que he leído. Espero recomendar el mío un día de estos.

Un libro que me sorprendió:
Cómo ser libre de Tom Hodgkinson. Me cambió la forma de ver muchas cosas, aunque desafortunadamente uno vuelve a caer en la rutina.

Me gustaría que se uniesen a esta cadena Eva, aunque espero que no ponga libros en ruso; Raquel, a ver qué libros ha conseguido gratis total y Venti, que tiene que estar bastante leído.