sábado, 17 de octubre de 2009

El Óscar de la Paz


No todas las disciplinas de la ciencia, el arte o la cultura están contempladas en los premios Nóbel. Pero quizá por el prestigio universal del que gozan los galardones de la academia sueca, existen premios internacionales que son considerados los nóbel de su categoría. Por ejemplo al premio Pulitzer se le considera el Nóbel de Periodismo, así como el Prizker viene a ser el Nóbel de Arquitectura.

Esta tendencia parece que va a formar parte del pasado, toda vez que a lo largo de los últimos años el premio Nóbel de la Paz ha sido concedido, en demasiadas ocasiones, más por relevancia mediática internacional que por la labor a favor de tan noble fin realizada por el perceptor del galardón. De este modo vamos a tener que empezar a llamar a esta distinción sueca anual el Óscar de la Paz, en vista de que el componente propagandístico parece pesar bastante entre los insignes miembros del jurado.

Ya cuando en 1992 se concedió el premio a Rigoberta Menchú, básicamente por la publicación de una biografía, basada en conversaciones mantenidas con Elisabeth Burgos, que fue la que la escribió, el Comité Noruego del Noble dio muestras de su debilidad por los fenómenos mediáticos. Poco después se comprobó que la denominada autobiografía de la Menchú estaba plagada de “inexactitudes”, por no decir que era más propia del género novelesco.

Luego llegó el premio por el video de denuncia-ficción de Al Gore, más propio de Michael Moore que de un candidato presidencial estadounidense. Como sabrán los lectores, la única verdad incómoda de la película de Gore era que los datos –presuntamente científicos- y efectos especiales que se mostraban en la cinta eran más falsos que las naves de Star Wars. A partir del nóbel Al Gore recorrió el planeta en avión privado recogiendo galardones y dando conferencias, dando así un claro ejemplo de lo que le importa el cambio climático.

Pero la palma se la lleva este nuevo galardón mediático para el flamante presidente de los Estados Unidos. Barrack Hussein Obama no ha tenido ni siquiera que escribir un libro, ni que filmar una película para ser acreedor del Óscar de la Paz. Obama sólo ha tenido que dar unas cuantas ruedas de prensa más o menos afortunadas hablando de paz, desarme nuclear y “una nueva era en las relaciones internacionales”, la cual aún no sabemos en qué consiste. A no ser que este nuevo eufemismo consista en certificar el estancamiento de las guerras en Irak y Afganistán.

De lo que podemos estar seguros es de lo poco que ha hecho este señor en su corto plazo de mandato por llevar la paz al patio trasero estadounidense. Me refiero concretamente a la nula intervención de la Administración Obama en el conflicto hondureño. Aparte de cuatro gestos aislados, el golpe hondureño no ha ocupado ni veinte minutos en la agenda del hombre que presuntamente ha trabajado más por la paz en nuestro planeta a lo largo del último año. Todo un ejemplo de que este galardón huele más a superproducción hollywoodense que a la tozuda realidad de un mundo en crisis.

18 comentarios:

Unknown dijo...

Lo del Nobel de la Paz a Obama es de chiste pero al menos nos hace esbozar. Ha habido ediciones en las que no se ha esbozado ninguna sonrisa ya que me gustaria saber en que cojones estaban pensando los del Nobel de la paz cuando le dieron el premio a Kissinger. Este político americano está acusado de multuples violaciones de derechos humanos, y de ser uno de los instigadores de verdaderos genocidios de grupos politicos nada afines con su manera de entender el mundo.

Compatriotas suyos del nivel intelectual de Gore Vidal lo han calificado como el mayor criminal de guerra que circula por el mundo, libre.

Este es el prestigio del Nobel de la Paz. Asi va el mundo.

Alejandrina Cara de Gallina dijo...

Entonces si ya el nobel ha perdido credibilidad... a partir de quien o de cuando puedo respetar a los ya ganadores en literatura o ciencia???
Ahora todo es light o chafa...
en que creeremos ahora???

Pakithor dijo...

Hola Ruffian,

Tienes toda la razón con lo de Kissinger, quizá te haya faltado sumar su afición por colocar y apoyar militares golpistas en gobiernos latinoamericanos. Podríamos sumar el ejemplo de Arafat, consumado terrorista subido a los altares. Pensé incluir ambos ejemplos en el artículo para ilustrarlo, pero he preferido hablar de los casos más palmarios de entrega mediática del Nóbel.

Gracias por el comentario.

Pakithor dijo...

Hola Alejandrina,

La verdad es que parece que en lo que a ciencia se refiere el nóbel no ha dejado de ser un premio realmente relevante y entregado por méritos reales.

En el caso del de Literatura, personalmente albergo serias dudas acerca de la tendencia geopolítica a la hora de entregarlo.

Gracias por pasar.

lola dijo...

Hola Paco,
Soy de la opinión que el Nobel de la Paz no se debería de dar a los políticos, esas cosas siempre huelen mal.
¿es posible colocar en el mismo nivel a la Madre Teresa que a Kissinger o Arafat?
Saludos y que tengas una buena semana.

Dean CóRnito dijo...

Ya te iba a decir que aunque no calza el molde de lo que describes, por no ser un fenómeno holiwudiense, el mayor desprestigo al Nobel de la Paz tiene que haber sido su entrega a un terrorista consumado como Arafat. En eso vi tu respuesta a Ruffian (también tiene razón), y veo que no lo ignoraste.

Te pido permiso para reproducir esta entrada en mi blog y circularla a algunas amistades.

Eva dijo...

¿ Y si no lo hubiera aceptado? ¿ te imaginas?

Sería mucho mas interesante, ahora el pobre tendrá que portarse bien una temporada.

Pakithor dijo...

Lola,

Es complicado lo que comentas. Los políticos en realidad son los que más podrían hacer por la paz, o sea que son los acreedores naturales del premio de marras.

Dean,

Encantado de que lo hagas, aunque te advierto que, a lo mejor, aunque lo dudo lo publican en La Nación.

Eva,

¿Rechazar el premio?. ¿Un político con tintes de estrella de cine?. No, no lo veo.

Muchas gracias por los comentarios.

nacho dijo...

Aunque parezca mentira no puedo estar más de acuerdo con la entrada, sus comentarios y sus ejemplos.Y por cierto,no pretendo crear polémica,pero es que la guasa sevillana no me deja callarme.Determinado personajillo político español tiene que estar dándose tirones de los pelos,después de buscarlo con tanto ahínco (y tantas concesiones a determinado grupo mafioso-terrorista) sin resultado y ahora llega otro personaje y a las primeras de cambio...premio,jajaja.
Un saludo.

Unknown dijo...

Rey, como bien sabes...me parece todo una pantomima...procuro no caer en la amargura del cinismo pero es difícil comprender ese movimiento que más bien pretende ensalzar al propio premio Nobel que premiar la labor en aras de la paz que tantísimas personas realizan sin que por ello se las mente. Un despropósito más...
Un abrazo,
X

Pakithor dijo...

Hola Nacho,

Por seguir con la guasa, lo que me iba a parecer mentira es que no estuvieses de acuerdo con lo que he escrito... jajaja

Hace ya tiempo que nuestro amado presidente viene buscando tan ansiado y mediático galardón. Hay quien especula con que va a volver a abrir el "proceso de paz" con los terroristas a ver si en un par de años lo consigue.

XAVS,

Este es un indicativo de la deriva hacia la que se dirige el mundo: la ausencia absoluta de elegancia.

Gracias por los comentarios.

Ignacio dijo...

Siempre he pensando que el nóbel de la paz era el de mentirijillas pero ahora estoy convencido; raras veces se cuestiona el nóbel en medicina o física, sí el de economía, pero el de la paz es para la chacota. Es que hace unos años, antes de a Arafat, se premió a a Menajem Beguim! Pero si hasta Garzón y mi actual presidente pierden el culo por obtenerlo.

Creo que muchos vemos esta concesión del nóbel a Obama como un premio a sus buenas intenciones, que indudablemente las tiene, pero nos viene la duda de cuánto tiempo va a poder sostener una política idealista para pasarse a la realista. A Kennedy, en quien Obama se mira con frecuencia, no le tembló la mano con la URSS en la crisis de los misiles y si al actual presidente de los EE.UU se le presenta la ocasión protegerá lo suyo por encima de palmaditas en la espalda a europeos y árabes. En esto los americanos son muy suyos desde que consiguieron la independencia.

Lo único que me ha encantado con esta concesión es el berrinche que se ha agarrado el ya decenario presidente exgolpista de Venezuela a quien Obama, con el primo Uribe, está a punto de sembrarle algunas bases militares en el lote de al lado.

Unknown dijo...

En resumidas cuentas si han dado el Premio Nobel de la Paz a terroristas como Arafat, presidentes de estados belicosos como Beguim, a individuas como Rigoberta Menchu y a criminales de guerra como Henry Kissinger: por que perdemos nuestro tiempo comentando semejante tomadura de pelo?

¿Esto de los premios Nobel no será otro timo sueco como Ikea?

Agustín Alcaraz Peragón dijo...

Suscribo absolutamtente todo lo que apuntas en tu entrada. Claro que no me sorprendo, pues además de los ejemplos que mencionas, no podemos olvidar que tras tanto tiempo con un Presidente USA que hablaba de actuaciones preventivas en la lucha contra el terrorismo internacional, hemos pasado a que se entreguen premios preventivos a su sucesor. Premonitorios que son los chicos del Nobel. En fin, que esto de los premios es de risa.

Pakithor dijo...

La verdad es que queda poco que añadir.

Gracias por los comentarios.

rpmi dijo...

No habrán otorgado en realidad el Nobel al pueblo que lo ha votado? Porque de pronto se me ocurre que a este no lo han elegido precisamente los de los lobbies. Ya me gustaría que hubiera para acá una décima parte de la movilización ciudadana que hubo allá. Aunque fuera sólo para acabar con esta partitocracia y reformar la ley electoral. Entonces sí que me iría a la cama con la conciencia de que nos merecemos el premio Nobel de la Paz.

Pakithor dijo...

Hola RPMI,

El nóbel no se entrega a los pueblos, sino a personas. Aunque imagino que puede haber excepciones. Se otorga, además, según entiendo yo, por logros, como la pacificación de Centroamérica por parte de Oscar Arias, o el Banco de los Pobres de Muhammad Yunus, no por expectativas o jaleo mediático organizado. Bueno, se debería dar por logros, no por biografías inventadas, películas de ciencia ficción y otros méritos propios de la industria del cine.

Sobre la movilización en los EE UU, yo no gritaría muy fuerte eso de que los "lobbies no querían a Obama", recordemos que Biden, su vicepresidente, pertenece al lobby más influyente de todos.

Gracias por comentar.

Lara dijo...

Completamente deacuerdo en todo lo que dices.
Me parece patetico que le den el Premio Nobel de la Paz a este hombre. Vive de la demagogia y las palabras, los hechos son otra cosa...