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miércoles, 9 de septiembre de 2009
La religión y la elegancia
Creo haber afirmado en diversas ocasiones en este mismo espacio que vivimos en una sociedad compleja. Tremendamente compleja. Tanto que parece que estamos siendo capaces de superar miles de años de nuestra Historia como especie y nos acercamos a una civilización sin la existencia de religión. Al menos sin que el hecho religioso colectivo tenga valor alguno.
Ejemplos de este experimento no han faltado, ni faltan, en nuestro mundo de hoy. Recordemos la abolición de lo religioso que proclamaron los regímenes comunistas en el Este de Europa, con la Unión Soviética a la cabeza. Bajo la máxima marxista que dictamina “la religión es el opio del pueblo” se eliminó la educación religiosa, se proclamó la enseñanza laica –la misma que hoy proclaman muchos admiradores del marxismo-leninismo- y ahí están los resultados. Eliminados los prejuicios morales del cristianismo y derribado el muro de Berlín, surgen las consecuencias del laicismo de estado: “el dinero es el opio del pueblo”, no hay más que mirar qué tipo de sociedades han quedado sobre los escombros de las dictaduras marxistas.
Curiosamente ninguno de los iluminados políticos ni de sus mamporreros mediáticos que hoy nos recetan laicismo educativo, cuando no anticlericalismo radical, parecen haber caído en la cuenta de aquello. Tampoco el público en general que se deja llevar por esta corriente fácil de la negación religiosa –entono el mea culpa otra vez-, al mismo tiempo que piden una mejor educación en valores para las nuevas generaciones. Como si los principios y los valores los explicasen en clase de matemáticas o de inglés, como si tuviésemos que exigir al profesor de conocimiento del medio que nuestro hijo no se dedique a insultar a sus compañeros durante el recreo. Quizá este sea el motivo por el que queremos huir de la religión, porque no queremos lastres ni remordimientos. Porque preferimos exigir al sistema antes que responsabilizarnos de lo que ocurre en nuestra sociedad.
Me resulta especialmente chocante escuchar estos días a los mismos que promueven que se deje a los hijos elegir cuando sean adultos si quieren o no religión en sus vidas, quejarse de los valores en los que se está educando a las generaciones que vienen. Me parece absolutamente lamentable que los mismos que tratan de cercenar cualquier síntoma de tendencia religiosa pública, se pregunten el motivo por el que los jóvenes adolescentes de nuestro país no respetan ni a sus padres. Por eso es por lo que prohibir está tan de moda, porque preferimos las leyes a los principios y la coacción policial a la moral.
Ahora lo moderno es ser agnóstico, cuando no renegar claramente de las creencias y los símbolos religiosos que nos han visto crecer. Claro que si hay que celebrar algún evento BBC (bodas, bautizos y comuniones), no les quepa duda a los lectores de que superaremos los convencionalismos antirreligiosos para hacerlo en sede apostólica. Porque una boda que se precie de verdad tiene que ser oficiada en los altares, generalmente platerescos, de nuestra vilipendiada Iglesia Católica, no en los juzgados o en la sala de plenos del ayuntamiento, con ese toque grisáceo que siempre los impregna.
Sin embargo, corren tiempos cargados de incertidumbre y en los que las personas necesitan agarrarse a la fe, esa que tanto molesta a algunos, para seguir adelante. Por eso estoy convencido de que la tendencia que con tanto ahínco han defendido las figuras públicas del progresismo y otros sucedáneos de la democracia, se está invirtiendo. La religión, con moderación, sin fanatismos, sin supersticiones arcaicas ni actitudes antediluvianas, va camino de convertirse en el asidero moral de nuestra sociedad.
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13 comentarios:
la religión es tendencia? de ahi a un edito en vogue solo hay un paso!
Ya se que es muy aburrido estar de acuerdo contigo, pero es que es demasiado temprano y no tengo mucho tiempo para leer tres veces tu artículo, así que ahí voy..
En Rusia la tendencia siempre ha sido TENER FE ¿ en que? da lo mismo, antes en Lenin ahora en Dios ¿ y nosotros? ya veremos...
Abría yo la página preguntándome por el enfoque que le podía dar tan ilustre mente a un tema tan complejo como éste. Porque mira que la religión (liturgia) puede ser elegante (o no). Pero desde luego el enfoque es atinado. Porque al final es siempre eso, que el Estado quiere tener su propia religión, que controle y domine. Ya fuera con Enrique VIII o con ZP. Ya fuera con el anglicanismo o con un laicismo tan militante que no deja de ser una "religión", hasta con la imbecilidad esa de los bautizos civiles.
Ya lo dice, y muy acertadamente, la Biblia en palabras de Jesús de Nazaret:" Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César".Más claro imposible.El que quiera inmiscuirse tiene muchas probabilidades de perder/fallar.
Un saludo.
Raquel,
Yo este lo publicaba en El País y me sentaba a esperar las cartas a la columna, sobre todo para ver lo que dicen los partidarios del dios estado.
Sobre lo de tendencia, te advierto que no lo vas a ver en la MFW, pero llegará, tuuuuuu looooo veraaaaaaa, que dice Lamari.
Eva,
Por lo que sé en Rusia el único dios conocido en estos momentos es un señor que fue presidente de los EE UU y sale en unos papelitos verdes con un número 100 al lado.
Si tienes tiempo léelo una vez más y me dices.
Venti,
¿Sorprendido?. No me había parado a pensarlo, pero tienes razón: el laicismo es una religión.
Nacho,
¿Dios?. Para darle algo a ese señor primero hay que creer en él y negándolo -aunque le pidan en el silencio de la noche para que interceda por ellos en las elecciones- no hay concesión posible.
Gracias por vuestros comentarios.
P.D. Con la de espinas que tiene el tema yo esperaba que me clavasen alguna, pero se ve que el laicismo oficial es poco de entrar en debates.
Hola Paco,
En la Cuba pre-castrista la religión y el estado estaban separados. El matrimonio válido era el civil, si eras católico te casabas también en la Iglesia pero tenias que pasar antes por el notario, que era el que daba fe del matrimonio civil.
En las escuelas tanto públicas como privadas la religión se quedaba para el ámbito familiar, a no ser, claro está, que asistieras a un colegio católico,como fue mi caso y que no tenía que ser necesariamente regentado por religiosos.
Después de 1959 se comenzó a perseguir a todo lo que oliera a religión, cualquiera que fuese, daba lo mismo que fueras católico, adventista del 7ª día, judío o testigo de Jehová. A la nacionalización de los colegios, siguió la expulsión de la mayoría de las órdenes religiosas, y el ir a misa ya te convertía en sospechoso de no ser afín al nuevo régimen. Se suspendieron las festividades de navidad y reyes, la semana santa y todo lo que sgnificara opio del pueblo.
Cuando la visita de Juan Pablo fue cuando se dio un poco de libertad al asunto y el otro dia incluso hubo procesiones por la Virgen de la Caridad, patrona de la isla.
Saludos y perdona la extensión.
Perdona, olvidé decirte que antes del 59 Reyes y Jueves y Viernes Santo eran días no laborables por un acuerdo entre el Estado y la Santa Sede, y nadie, ni ateos ni de otras confesiones se rasgaban las vestiduras.
Una vez me hicieron una curiosa reflexión al respecto. Si surgen sustitutivos de las religiones como el Estado divinizado, el reciclaje, el fútbol, etc. ¿No significará eso que quieren ser como el original y por lo tanto la Religión es necesaria y la llevamos dentro de nosotros?
Cuanto mayor me hago más me interesa el hecho religioso. No tengo más fe porque eso o se tienen o no se tiene, pero sí más interés.
Un abrazo Pakithor
Lola,
No te extiendes en absoluto, sino que expones la realidad de lo que ha ocurrido en Cuba, como en otros lugares, en los que se ha eliminado la religión -además de otras cosas- para instalar un sistema totalitario. Cuando se acabe la dictadura, veremos las secuelas, como en la Unión Soviética.
Gracias por comentar.
Hola Kutusov,
No puedo estar más de acuerdo con esa afirmación, en cuanto a lo que ideólogos e iniciados se refiere. Aunque yo creo que la inmensa mayoría de la gente da de lado la religión para no tener lastres en su vida. Todo es más fácil.
Gracias por comentar.
Por cierto que estos días ha saltado a la actualidad un tema del que hablábamos aquí hace unos meses: Belén Esteban. Parece que el tiempo empieza a poner las cosas en su sitio.
Me quedo con esto:
"Quizá este sea el motivo por el que queremos huir de la religión, porque no queremos lastres ni remordimientos. Porque preferimos exigir al sistema antes que responsabilizarnos de lo que ocurre en nuestra sociedad"
Un saludo, compañero!
Hola Gonsaulo,
Sí, yo cada vez que le doy vueltas al tema veo que por ahí viene la cosa. Hemos delegado nuestra responsabilidad en manos del Estado y sus representantes.
Gracias por tu comentario.
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