miércoles, 5 de agosto de 2009

La complejidad y la elegancia. Una reflexión veraniega.


Si miramos a nuestro alrededor, o leemos unas cuantas de las últimas entradas de este blog, caeremos en la cuenta de lo complejo que vamos haciendo este mundo en el que vivimos. No sé si a mayor complejidad más elegancia. A mi la verdad es que las grandes complicaciones relojeras nunca me apasionaron, aunque parecen ser el no-va-más de la elegancia en lo que a marcadores de tiempo se refiere.

Como observábamos con el vocabulario, todo ser ha complicado un poco a la hora de querer definir las cosas. Hay que dar una vuelta de tuerca para decir lo que se quiere sin que parezca exactamente lo que se dice. “He pasado las vacaciones en un resort estupendo en una isla y estaba todo el día en el spa dándome masajes de vinoterapia”, comenta alguien por ahí, sin el menor atisbo de ridículo. Se ve que decir "he veraneado en Marbella" ya no es tan glamuroso.

Lo mismo ocurre con la oleada prohibicionista que nos asola. Toda la vida hemos tenido playas, luego llegaron las banderas de colores, los socorristas, las motos de agua y unos carteles enormes en la entrada de la playa que nos anuncia lo que se puede hacer y lo que no. Si se incumple por ejemplo con el mandato de respetar el color de la bandera, en algunos lugares incluso imponen una multa. Rizando el rizo.

Con Belén Esteban veíamos otro ejemplo de lo compleja que se ha vuelto nuestra existencia. Varias decenas de personas viven de exponer públicamente su vida o de opinar sobre la de otros como ellos. Cientos aspiran a ganarse así el sustento. Ahora ya no sientan cátedra los sesudos expertos en cuestiones tan lejanas como economía, física o medicina, sino los adelantados comentaristas de la vida semipública de un sector cada vez más numeroso de población. ¿No es enrevesado?.

Ahora que nos vamos, o hemos vuelto, de disfrutar de unos días alejados del mundanal ruido de la rutina –algunos buscan complejas aventuras de verano quizá para no tener que pensar, sólo gastar adrenalina- quizá lo mejor que podamos hacer sea reflexionar un poco acerca de todo esto, o de aquello de más allá, si el lector lo estima más oportuno. Porque este tiempo de soslayo, de veraneo, en definitiva, puede ser un excelente momento para mirar con otros ojos todo aquello que vemos a diario y ni siquiera nos atrevemos a poner en duda.

A lo mejor ha llegado el momento de que nos olvidemos de todas estas complicaciones y busquemos la elegancia a través de la sencillez, que no es más que un puñado de principios –o valores, como ustedes quieran-, de los cuales nos hemos apartado siguiendo una estela difusa que no nos lleva a ningún sitio. Puede ser que tengamos que volver la vista atrás para ver con nitidez hacia delante y comprobar que son el sentido común, la libertad y la responsabilidad los únicos faros que necesitamos entre tanto ruido de fondo, tanta grande complication y tanto cantamañanas con un micrófono delante. Habrá que darle vueltas al tema.

8 comentarios:

lola dijo...

Hola Paco, como verás he sobrevivido a la hecatombe aunque ahora me queda por limpiar toda la polvareda que se levantó, el "amañao" ha resultado ser un profesional, aunque la prueba de fuego vendrá cuando llegue la lluvia, que para eso fue que se hizo la obrita de marras.
Respecto a tu entrada,¿qué es un resort? aunque supongo lo que significa a mi es que estas palabrejas me dejan aturdida, yo es que soy muy ignorante en cuanto a esas novedades de vocabulario.
Recuerdo una vecina que para decir garaje lo decía en inglés, parece que eso le daba más importancia al habitáculo.
Saludos!

sociólogo dijo...

Pareciera que a mayor sofisticación, mayor siutiquería de quién puede pagarla, pero que no la entiende. De lo que se trata es de consumir cosas complicadas.

Basta mirar las críticas culinarias y las cartas en los restaurantes (al menos en mi país), para darse cuenta que la gente que las consume no tiene la menor cultura para comer.

Muchos no son ni segunda generación con matel en la mesa y no han preparado una cazuela en su miserable vida, pero te invitan a comer y te dan de postre cosas del tipo "hojaldre de quínoa relleno con helado de yogurt de leche de cabra con fresas de las praderas del jardín del edén". Habráse visto!!!

nacho dijo...

Como ya ha quedado dicho aquí en numerosas ocasiones la sencillez de la naturalidad es lo elegante ( en mi humilde opinión).Dice un provervio chino (creo que era chino):piensa rápido y habla despacio,pero no como si te escucharas a ti mismo.Ése es el problema,que la gente habla para escucharse,no para que los escuchen.
Un saludo.

Pakithor dijo...

Hola Lola,
Me alegro mucho de tu éxito casero con la obra, tiene mucho mérito, de verdad.
Pues sí, parece que dicho en idiomas, como digo yo, suena mucho más fino y mejor que en la lengua materna del interfecto de turno. Así que, ¡sigamos con la fiesta!.

Hola Sociólogo,
Lo de las cartas de los restaurantes es para escribir un libro, como mínimo. Yo pensé hacer referencia al tema, pero son tantas las aristas de esta sofisticación de pacotilla... que uno no sabe lo que meter y lo que no.

Nacho,
Muy bueno el proverbio. En efecto, hablamos para escucharnos a nosotros mismos y casi siempre si pensar lo que decimos ni el efecto que tendrá.

Gracias por los comentarios incluso en pleno ferragosto.

Eva dijo...

Hola Paco,

Pues veras, eso de la reflexión veraniega depende mucho de donde uno se encuentre,yo que tiendo mucho a la reflexión, cosa que no me sirve de mucho, te digo que mis conclusiones dependen de si me encuentro sumergida en vino o me encuentro en un metro cuadrado de arena escuchando la conversación del que se está comiendo la tortilla y me llena de arena cada vez que quiere bañarse en el mar.

En fin, que te voy a contar que tu no sepas,la cosa es que he pasado a saludarte aunque imagino que no andarás muy cerca por estas fechas.

Un abrazo.

José Ignacio dijo...

Paco, lo que escribes me ha recordado el afán de enrevesamiento que caracteriza muchos ámbitos de la vida que nos rodea. El domingo pasado Pérez Reverte publicaba en El Semanal un artículo titulado "Tontos (y tontas) de pata negra" muy en la línea de lo que publicas en el blog: http://www.capitanalatriste.com/escritor.html?s=patentecorso

Pakithor dijo...

Hola Eva,

Pues no he andado muy cerca de España, no. Aunque ya estoy de regreso. Evidentemente la reflexión depende de muchos factores. Como de la lectura que esté siguiendo uno en ese momento. Yo aquí dejé un posible tema que a mi me asalta continuamente, pero es haber estado viajando solo y con un montón de conexiones y aeropuertos, me ha servido mucho para esa reflexión. Así que vuelvo con ganas de escribir, aunque menos de lo que creía a la ida.

Jose Ignacio,

Gracias por el artículo. Pasaré a leerlo. Por cierto que he estado por esas tierras un par de días. Pero ha sido un viaje muy fugaz.

Gracias a ambos por seguir ahí.

Pakithor dijo...

Estimados amigos de Red Hispania,

Pasaré a recoger mis premios, aunque yo no soy mucho de publicarlos, ni de colgarme medalla. Para mi el premio son los comentarios y saber que hay alguna gente que aún me lee.

Gracias.