El balance necesario
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A pesar de que desde abril de este año, mes y medio después del inicio de
los efectos de la pandemia, ya se hablaba de una negociación con el FMI
para la...
miércoles, 13 de mayo de 2009
100 eran 100
A lo mejor alguien esperaba que yo hoy hablara sobre el debate del estado de la nación, de las ayudas a la compra de coches o a la deducción por compra de vivienda habitual. Lo siento. Hoy, como el maestro Umbral, voy a hablar de mi libro. Mejor dicho, voy a hablar de mi blog. Porque del resto, de la actualidad y de la realidad efímera, ya están comentando los demás bastante.
Esta es mi entrada número cien. Así, con letra. Porque los números ya los conocemos todos. Ya cansan los números. Como hartan los políticos ineptos y vividores. Y digo entrada porque entre los cien, hay algún que otro post que es como a mis amigos blogueros les gusta llamar a esto de escribir en Internet. El resto, como ya se ha dicho aquí antes, son artículos.
Casi cien artículos sobre lo divino y lo humano. Sobre economía, sobre política, pero sobre todo sobre esta sociedad nuestra, por llamarla de algún modo. Sobre esta decrepitud de convivencia a la que llamamos sociedad y que, algunos, incluso se atreven a llamarla democracia. Sobre este borreguismo desilustrado al que los cursis llaman sociedad de la información, cuando debieran denominarla manada de adocenados. Así, sin comillas ni cursiva.
Cien reflexiones que han dejado impasible a más de uno y mudo a más de dos. Los impasibles se fueron, los mudos siguen ahí. Lo sé. Gracias. Gracias a todo el que haya querido leer más de dos líneas, se haya atrevido o no a contradecirlas, aunque hoy lo de contradecir no está tan de moda como debiera. Porque la moda es vestirse de moradito, usar smartphone y quejarse todo el día. A la espalda, eso sí.
Hoy reniego de este centenar que no llega a impronta. Porque eso es otra cosa, como uno va aprendiendo con el paso de los años. Pero sobre todo lo aprende con el paso de las personas. Esas, nosotros, sí que dejamos impronta. Hoy mismo lo he comprobado. No el debate de ayer, ni la crónica del mismo. Por eso este cien lo regalo, lo vendo, lo traspaso.
Parafraseando al genial Pablo Carbonell: "Esto que estás leyendo es tuyo, es para ti. No defraudes a Hacienda y decláralo".
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5 comentarios:
enhorabuena por el blog, y por los posts (ea, ya la he tirao)
Je,je, Pablo Carbonell es simpático pero es tan poco elegante...
Tu sigue reflexionando.
Felicidades.
jajaja, Raquel, qué te gusta una provocación, aunque sea con la boca chica. Es curioso que lo que sale en un periódico sea un artículo o una columna, como algunos de los que aquí he publicado, pero escrito en un blog es un "post". Que no, mi estimada, que no, que postear es cortar carne de posta. ;-)
Eva,
Yo me quedo con el Pablo Carbonell que conocí en los tiempos de Toreros Muertos.
Yo reflexiono, tú reflexionas, él reflexiona, nosotros reflexionamos, vosotros reflexionáis y ellos viven del cuento.
Gracias... de nuevo.
a mi me encanta pablo carbonnel, el que va de progre y se casó en la catedral de segovia, de chaqué y con la hija de un militar de alto grado, jajajajajajajajaja
No, no, Raquel, yo insisto. A mi me gustaba el de Toreros Muertos. Luego llegó el éxito, QCQ, la SGAE y todo eso.
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