martes, 19 de febrero de 2008

Los políticos y la elegancia



Reza la norma que es de mala educación hablar de política. Precisamente por eso, tengo un blog en el que vierto mis opiniones sobre la materia y remitiré al mismo a cuántos quieran sumergirse en tan espinosa cuestión. Amén de que nos encontramos inmersos en plena en campaña electoral. Por tanto, lo que aquí vamos a dilucidar es cuán elegantes son los protagonistas de la vida política, mucho más allá de sus ideas, tan manoseadas. Advierto que el esfuerzo que voy a realizar para abstraerme de la tendenciosidad política es ímprobo. En otras palabras, puede ser que, sin pretenderlo, emita algún juicio que pueda ser considerado partidario. Hágamelo saber el amable lector. No lo pienso enmendar. Gracias.

En general los políticos suelen ser muy poco elegantes. Visten de acuerdo a lo que les dictan los asesores de imagen, es decir, que los visten terceros en función de lo que mejor “vende” al público en general, o a la parroquia a la que se dirijan. Eso se nota. Porque cuando uno lleva una prenda que no usaría si no fuera por la dictadura del asesor de turno, al final a uno le queda mal. Por la incomodidad, mayormente.

No se confunda la incomodidad del obligado con la falta de comodidad voluntaria. Me explico. Una cosa es que a uno le apriete un poco el zapato que con tanto esmero ha elegido -a sabiendas de su estrechez- y otra, bien diferente, es tener que usar corbata a diario cuando se odia la citada prenda. A muchos políticos les ocurre y se les nota. Me recuerdan a esos jóvenes que se ponen por primera vez un traje -y la correspondiente corbata- para ir a una boda, parece que van de prestado.

Rodríguez, el Presidente del Gobierno español, es un claro ejemplo de lo que digo. Recuerdo el día en que lo vi en persona hace más de tres años. El tipo estaba empezando a usar trajes a medida y se tiraba de la chaqueta porque creía que las mangas le quedaban cortas. El nudo de la corbata se le desaflojaba continuamente –todavía le pasa- y él no paraba de colocárselo. Antes de ser presidente usaba trajes de confección, es decir, comprados por talla, y le quedaban anchos. Destacando invariablemente su generosa chepa. Luego llegaron los asesores de imagen y los trajes de sastre, pero la cosa no ha mejorado mucho.

Rajoy tampoco es que sea un dandy. A Rajoy lo que le cuesta trabajo es quitarse la corbata. Por mucho que insistan los asesores, este hombre sin corbata se ve incómodo. Algunas veces pareciera que se echa mano a ella y no se la encuentra. El líder del PP ya hace tiempo que se hace los trajes a medida, pero parece que no le tomaron bien las medidas la primera vez, porque le siempre le quedan grandes de hombros. Aunque a lo mejor es que el asesor de imagen le obliga a llevarlos así, para que no se vea que los tiene caídos.

Como se ha dicho aquí hasta la saciedad, la elegancia va mucho más allá de la vestimenta. Sería injusto valorar a nuestros políticos simplemente por lo mal que los visten sus asesores. En este sentido, a los políticos lo que los pierde, generalmente, es su afición por abusar del presupuesto público. En cuanto se ven con coche oficial –con chófer, por supuesto-, cuenta de gastos de representación ilimitada y algunos otros privilegios del cargo se suben al carro de la opulencia, a cuenta de los administrados, con la mayor naturalidad. Las urnas generan más nuevos ricos que la especulación inmobiliaria.

José Luís Rodríguez Zapatero era un profesor universitario sin mayores pretensiones, se encaramó a la presidencia y de camino a la vida lujosa. De ahí que utilice el avión presidencial para hacer compras en Londres o para ir a ver a su esposa, Sonsoles Espinosa, cantar en Berlín. Tampoco es de extrañar que, en su primer veraneo presidencial, los Rodríguez mandasen reformar una casa del Estado en Lanzarote y dos años después se llevó a 15 cocineros a la isla.

Claro que esto no es que sea la excepción, sino más bien la norma. Ejemplos hay en todos los bandos. Porque el político profesional no paga de su bolsillo más que los cafés a 70 céntimos en la Carrera de San Jerónimo. Quizá habría que recordarles aquella máxima epicúrea de “placeres privados son virtudes públicas”. Entendiendo por “privado” lo que cada uno hace en su casa y con su dinero.

19 comentarios:

Ely dijo...

Realmente no me imagino al presidente de ningun país, cogiendo un vuelo de Clickair, suponto que por medidas de seguridad sobre todo.
Respecto a la ropa, pues... como cualquier director/a de banco, que van la gran mayoria uniformados. Nos hacen gracia como a alguno se le ve un ramalazo de su personalidad, a modo de pulserita de cuero, o reloj de buceo...

Pakithor dijo...

Sol, yo no tengo favoritos en esto de la elegancia. No se salva ni uno, ni masculino ni femenino. En cuanto a las féminas lo que me llama la atención es la afición por vestirse de diseñador en cuanto les dan la cartera ministerial, de Loewe, por supuesto.

Ely pues aquí en Costa Rica el presidente viaja en línea regular y en canalla class. Tampoco es eso. Pero de ahí a subirse a un 747 de la Fuerza Aérea Española para ir a comprar a Harrods creo que hay un trecho muy largo.

Sobre los uniformes, creo que me va a dar como para escribir un artículo entero. Lo importante es que no todos los uniformados van de uniforme ni todos los uniformes llevan dentro un uniformado.

Gracias por los comentarios.

CB dijo...

Creo que la frase es "vicios privados, públicas virtudes", muy adecuada para este caso por cierto.

VIDorra dijo...

¿Crees que volveran al look de las chaquetas de pana en esta campaña? O esa fase ya la tienen superada?

Pi Peter dijo...

Pues aunque suene politicamente incorrecto y anti-patriota, espero que no le den el oscar. No soporto a ese tio. ¿Crees que se pondrá un pegatina de Nunca Mais por el vertido de Algeciras que esta haciendo más daño ecologico que el gallego?. Yo lo dudo.

Pi Peter dijo...

perdona, que este comentario era para Tercera Via

lola dijo...

El otro día vi a ZP en la tele, y el chico o ha adelgazado o le enfundaron una camisa una talla mayor, le quedaba bastante ancho el cuello, vamos igual que el cargo que ocupa.
De todos modos, creo que esta pre-campaña, lo mejor o peor según se mire, aún está por llegar, ha sido la menos elegante que he visto, los políticos y muchos de sus seguidores se muestran cada vez más barriobajeros, vamos que ni que estuviéramos en Cuba en plena época de repudios.
Saludos!

Gratistotal dijo...

Desde luego, como alguno saque la chaqueta de pana le hago un post! Y eso que en mi blog no quiero que se hable de política!

Pakithor dijo...

Estimados comentaristas,

Como digo en la entrada de este artículo, agradezco mucho que todo lo relacionado con la política en sí se haga en mi otro blog.

Sobre el tema que nos ocupa: La chaqueta de pana con coderas se ha convertido en un must, como dicen mis colegas fashionistas, en toda campaña. Si no ha salido, saldrá. El look progre sigue vendiendo.

Saludos.

http://elfashionista.net dijo...

creo que si hablamos de elegancia, entre rajoy y zapatero me lo pones difícil, muy pero muy difícil. De todas formas, Zapatero por contextura física, simplemente, gana.

Rajoy es demasiado brusco, tosco. Su barba blanca es un grave, gravísimo error. Sus gafas son impersonales y no enmarcan sus ojos mas de una vez desorbitados y saltones. Debería tener la boca mas cerrada, y no porque diga zandeces, que también, sino porque le da aire de bobo. Esto pasa, porque no se le ven los dientes cuando semisonrie hablando, y le quita carácter. Sus trajes coinciden con la linea conservadora, y eso está bien.

Zapatero debería aprovechar el porte y vestirse mejor. Que tontería es esa de la pana y estar cerca de la gente. Ya vimos lo que quiere la gente. Basta mirar a Sarkozy.
La gente quiere un rockstar. Y si es elegante, mejor que mejor.

Zapatero podria serlo, si no fuera torpe, como indicas.

mi humilde aporte, he dicho

Pakithor dijo...

Mer,

Para mi lo mejor de la presencia de Rajoy es su ausencia.

A Rodríguez ya no le pueden dar más vueltas en lo que a vestuario se refiere. Cuando no hay materia prima no hay nada que hacer.

Gracias por tu comentario.

lola dijo...

Lo siento Paco, es que me he emocionado más de la cuenta.

lola dijo...

Uy! yo pensaba que me había emocionado, pero es que no había entrado al otro blog. Saludos!

Pakithor dijo...

Tranquila, Lola. Ya lo dijo Aristóteles: "El hombre es un animal político". Nadie se libra.

http://elfashionista.net dijo...

sol, el problema de la barba no es que la tenga, si no que esté blanca, besitos

http://elfashionista.net dijo...

sol: La contextura física puede ser liviana, mediana o pesada, según el tipo de huesos y la forma del cuerpo, que se divide en mesomorfa, ectomorfa y endomorfa.

Para definir el tipo de cuerpo de una persona hay que situar la mirada alrededor del contorno del pecho, a fin de establecer una relación con el contorno de la cadera.

Jóvenes de Centro dijo...

Tu artículo relata muy bien la realidad de la clase política española. Aquí viene mi propuesta: ¡cambiémosla!

Un abrazo,

Ramón Villaplana
Jóvenes de Centro

Anónimo dijo...

La elegancia y la política, no sólo en España, suelen estar reñidas ya que cada día hay más intereses y menos vocación, la vestimenta es un mero reflejo de ello.

Besos.

El Aristócrata dijo...

Los socialistas en España han pasado de llevar chaquetas de pana (simbolo de la clase proletaria) a hacerse los trajes a medida. El Sr. Zapatero hasta llega a desabotonarse el boton de la chaqueta para darnos a todos a entender q su traje cuesta su dinero. Ver para creer. Yo creo q el q mejor viste en la politica española, aunq no sea Santo de mi devoción es el Sr. Zaplana