El balance necesario
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A pesar de que desde abril de este año, mes y medio después del inicio de
los efectos de la pandemia, ya se hablaba de una negociación con el FMI
para la...
domingo, 24 de febrero de 2008
El precio y la elegancia
Hace ya muchos años tuve ocasión de ver por televisión una de esas geniales escenas que protagonizaban el dúo humorístico Faemino y Cansado”. ¿Qué habrá sido de ellos?. El diálogo que reproduzco a continuación no es nada fidedigno, dado el tiempo que ha pasado, pero venía a ser algo así:
- ¡Qué reloj más chulo! -decía Faemino a Cansado, o viceversa-.
- ¿Te gusta?. Te lo vendo -respondía el otro-.
- ¿Cuánto quieres por él?.
- Dame mil pesetas.
- No, ¡qué dices! -contestaba el humorista con un gesto tipo “no vale la pena”-.
- Pues dos mil.
- ¡Qué no, qué no!.
- Venga, dame tres mil “pelas” –esa parecía ser la oferta final-.
- De acuerdo, aquí tienes.
Y así se cerraba el surrealista acuerdo comercial entre los fenomenales histriones. ¡Cuánta verdad hay dentro de tan absurda conversación!.
Muchas personas realizan esta misma operación comercial pero en el interior de su mente cada día. Lo barato genera desconfianza. Así que nos vemos forzados a encontrar algo que tenga un precio mayor para sentir que estamos pagando por algo de calidad. Pero sobre todo porque de esta forma, a través del precio, encontraremos reconocimiento en los demás.
Evidentemente esto es una simplificación de la realidad. Una generalización más. La cual hoy no tiene, en absoluto, la vigencia que tuvo en el pasado. Ni tampoco todo el mundo lleva tan al pie de la letra este totalizador argumento que viene a decir algo así como “lo barato no sirve, lo que vale es lo caro”. Nuestra sociedad ha evolucionado y ahora, en determinados momentos, para cierto tipo de personas y en algunos círculos, ocurre justamente lo contrario: lo que se lleva es comprar barato. “ Mira que camisa tan mona me acabo de comprar y sólo me ha costado 6 euros”, le dice Sonia a Nuria con una sonrisa que lleva una profunda carga de sarcasmo, sabedora de que una similar le costó cuatro veces más a su amiga.
En la sociedad de la opulencia, lo que importa es la cantidad. La calidad viene después. Lo que vale es llevar la moda del momento. El fondo de armario, seamos sinceros, ha quedado reducido a cuatro prendas, cuando no ha sido directamente anulado. Hay que llevar el último color, que ha impuesto la pasarela de turno, o el último corte de chaqueta, que no deja de salir en todas las revistas del ramo. En realidad sabemos que esta tendencia –hablaremos de este término otro día- podría ser tan efímera como la temporada, por eso mejor comprar algo barato, no vaya a ser que tiremos el dinero a la basura.
Dicho lo anterior, se entiende perfectamente el éxito de las que denominaré, parafraseando el término aplicado a los refectorios masivos, cadenas de ropa rápida –se compra rápido (y con mal servicio), se usa rápido, se desecha rápido y/o se rompe rápido-, cuyos máximos exponentes son los comercios del grupo empresarial de Amancio Ortega, el octavo hombre más rico del mundo, según la revista Forbes. Aunque competidores/imitadores no le faltan. Entiéndase que esto de aquí es una definición personal. Cualquier tipo de interpretación crítica de mis palabras hacia este tipo de establecimientos será fruto de la conciencia de cada cual. Yo siempre admiraré a aquellos que son capaces de descifrar qué quiere la sociedad y sacan pingües beneficios haciéndolo realidad. Otra cosa es aplaudir el gusto de la masa enloquecida que alborota diariamente los estantes y perchas de los miles de zaras que hay en el mundo.
Pero en este escenario de mileurismo galopante, ante a la cantidad cada día mayor de artículos imprescindibles –los “must” que dicen mis amigos fashionistas-, se impone el precio, pero al revés, por medio de las cadenas de ropa rápida. Aunque lo cierto es que siempre hay excepciones. Nos queda el prurito de despilfarrar un poco para que la parroquia vea que no vestimos sólo a base del Emporio Inditex. Por eso las marcas y los logotipos nunca dejarán de existir. Sin ellos tampoco podemos vivir, a pesar del precio.
Porque en determinados momentos el diálogo de los geniales humoristas, con los que empezaba estas líneas, cobra todo su sentido y un precio bajo no nos parece adecuado, suficiente. Hay que echar el resto. Queremos que se note.
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15 comentarios:
Si, pero si no hay pasta y tienes que vestirte, pues tienes que ir a estas tiendas, que le vamos a hacer... a mi me encantaría vestirme de carolina Herrera o Alma Aguilar,pero no puedo...
Y Faemino y Cansado hacen giras por los teatros españoles, y están en diversos proyectos de teatro y radio
Saludos
Hola, a mi me encantaría poder tener un Chanel, de alta costura, no prêt-à-porter, pero mi economía no me lo permite, tal vez si me tocara una primitiva sería uno de los caprichos que me daría. Creo que uno se debe de adaptar a las circunstancias, y a las personas que gustan ir a la moda, si no tienen para acceder a los originales ¿por qué no ir a Zara o Massimo Duti? además estoy de acuerdo con Sol, es la prestancia de la persona la que da valor a lo que uno se pone, y no al revés, ya sabes ese refrán que dice la mona aunque de seda se vista, mona se queda.
Saludos!
Faemino y Cansado están ahora de gira, esta semana actúan en Alcobendas (tierra natal de Penélope Cruz) Estuve buscando entradas y no quedaba nada!
Vamos a ver. Yo creo que se están confundiendo los términos. Yo no digo que haya que comprar sólo y exclusivamente ropa de marca, ni ropa cara. No es eso. Lo que yo me PREGUNTO es si hay que ir vestido a la última, si hay que tener el último must que a las revistas del ramo se les ocurre imponer.
Está claro que los Zara y demás están popularizando la moda. Pero yo tengo la duda de si no estamos cayendo en una trampa.
Raquel no me extraña que no queden entradas. Yo en Málaga me quedé sin verlos hace ya seis años.
Gracias por los comentarios. Sigo buscando respuestas.
Creo que el dicho es "que lo barato a la larga, sale caro", va claramente ligado con la calidad.
No siempre una marca es sinonimo de calidad, gracias a Dios...
Sobre tu pregunta de si hay que tener el último must, pues por que no? Siempre digo que cuesta lo mismo ir mal vestido que ir bien, solo hay que ponerle gusto y sobre todo actitud. La moda es una gran industria, necesaria? pues no... pero durante muchos años la gente vivio sin electricidad y con ella se vive mejor...
Bueno, sobre la pregunta:no creo que haya que seguir la moda al pie de la letra, una vez leí que un diseñador dijo, no se si fue Rabanne, que la mujer que seguía siempre la moda, era estúpida. No creo que haya que ponerse un lazo verde en el pelo sólo porque determinado señor lo haya dicho, al menos yo no hago esas cosas, soy bastante clásica y recién hace poco estoy fijándome más en las tendencias, pero procuro adaptarlas a mi estilo, y no al revés. Mi forma de vestir es parte de mi personalidad. Pero bueno, yo la verdad es que de estas cosas no entiendo mucho así que hasta aquí mi opinión.
Lo que pienso es que cada cual debe priorizar en sus compras, veamos, si te gusta la ropa pues adelante, date tus caprichos y comprate lo "must" de la temporada, ahora si lo que te gusta es la tecnologia pues gastate menos en ropa y comprate una televisión de última generación.
Ely, comparar la moda con la electricidad es como comparar el fútbol con el teléfono. Ir vestido con las últimas "tendencias" no tiene por qué ser necesariamente "vestir bien", el gusto y la actitud son una cosa y la moda, otra bien diferente.
Lola coincido bastante con lo que dices. De ahí mi pregunta y la significación completa del artículo. Pareciera que estamos abocados a llevar lo último para formar parte de la sociedad y, como no tenemos dinero para comprarlo de firmas prestigiosas, vamos a las tiendas de ropa rápida a consumir como locos.
Vistiendo a Candela, no entiendo muy bien, ¿si te gusta la ropa quiere decir que te tienes que comprar lo último?. A mi me gusta la ropa, mucho, pero te aseguro que nunca me compraré las últimas ocurrencias que veo por ahí en los blogs de estrit estail ni nada por el estilo.
Gracias por los comentarios. ¡Qué siga el debate!.
Pues la moda es una industria muy poderosa, sin ella muchas economias se verían gravemente perjudicadas
Yo he pasado por dos etapas: una donde preferia la cantidad a la calidad, y funciona bien, por que realmente hay cosas que aburren despues de un tiempo y las regalas a alguien mas, ademas no te ves repetida.... Ahora compro menos (cantidad) pero de mas precio (que no siempre implica calidad) y esta bien, pero no tengo tantas opciones como tenia antes... mmm pensandolo bien, no voy a volver a gastar en algo que por menos dinero puedo obtener lo mismo....
Por fin!!! Bueno, yo lo que hago es tener unas cuantas prendas buenas, (no de lata costura, ya me gustaría, jajaja), de esas que te puedes poner siempre, y sobretodo los complementos (bolsos y zapatos buenos).Así puedo jugar con las tendencias combinando lo bueno, con los clones y demás.
Así además el bolsillo sufre menos.
Besos, Bea.
Pues Faemino y Cansado todavía siguen de gira por España, y a cada teatro que van lo llenan hasta la bandera. Yo estuve hace un mes viéndoles y me partía de risa. qué de verdades nos cuentan y cómo nos reimos verdad?
Besitos
Ely, en efecto, el fútbol también, aunque en menor medida.
Alejandrina cada uno elige lo que prefiere, la rabiosa actualidad de las tres colecciones por temporada que sacan las cadenas de ropa rápida o algo más duradero. Yo aplaudo el balance que nos presenta Bea.
Por cierto, Bea creo que el problema es que hay que conectarse a la cuenta Blogger para comentar. Hace unas semanas eliminé la posibilidad de los anónimos. Aunque cualquier puede crear una cuenta blogger sin tener que construir un blog.
Thesil yo creo que Faemino y Cansado eligieron la calidad en lugar de la cantidad.
Gracias de nuevo a todos.
HOla!, estoy de acuerdo contigo, en que últimamente, se da más valor a la cantidad , que al valor, o calidad... somo consumistas 100%. Pero.. mi pregunta es:
Y ¿para que sirve el dinero?... sino es para otra cosa, que vivir y disfrutarlo!!! está claro que mucha gente vive por encima de sus posibilidades, ...pero yo prefiero comprar un par de prendillas en zara, básicamente porque ofrece tendencia a precio de mercado, y me encanta la Moda..por qué no voy a gastar en aquello que me gusta y me hace feliz? El día de mañana, cuando gané algo,(eso espero) lo gastaré en viajes!! y seguramente seguiré comprando en Zara, porque seguirá cubriendo esa necesidad!! Bueno y si puedo algún caprichillo, aunq sea de otra firma, me lo daré..ahora eso sí, siempre que pueda permitírmelo!!!
Un besín!!
Si bien cada día es más fácil encontrar ropa elegante a precios moderados, desgraciadamente la ropa buena y estilosa suele ser cara.
No solo me refiero a la ropa de marca que suele ser la más cara; me refiero, por ejemplo, cuando ves diferentes telas para un traje, desgraciadamente las q me gustan suelen ser más caras. Me podrían poner en mi armario diferentes trajes, camisas, pantalones, zapatos etc, sin logo alguno, que seguro no elijo lo más barato.
Aunque suene un poco duro yo soy de los que piensan que con un presupuesto ajustado se puede vestir muy decentemente e incluso de forma elegante; pero si somos sinceros hay q admitir q con un presupuesto desahogado es más fácil acertar. Esto no quita que haya gente q por mucho dinero que tengan nunca vestirán correctamente.
Creo q es una mezcla de posibilidades económicas y estilo. Y si hay q elegir me quedo con el estilo ya q como digo sobran ejemplos de bolsillos generosos q hacen el ridículo. Y la ropa la compra el dinero, mientras que el estilo no tiene precio
El Aristócrata
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