viernes, 20 de abril de 2007

El lujo y la elegancia (y II)


Como comprobamos el concepto “lujo” y su pretendida correlación con el concepto de la elegancia tiene muchos prismas sobre los que incide la luz cegadora de la homogeneización de los seres humanos, la cual se pretende enmascarar por medio de un barniz de exclusividad. Esta exclusividad no es otra cosa que la promesa de la elegancia transmitida por el simple hecho de utilizar un artículo muy caro.

Esa elegancia no es tal. Simplemente porque está al alcance de cualquiera. Entendiendo por “cualquiera” el que puede pagarlo, sea o no un ser cultivado, un ser que realmente comprenda lo que está comprando o el verdadero valor de las cosas, muy por encima de los guarismo que marcan la etiqueta. Millones de personas en nuestro planeta, sin embargo, se lo creen. Millones de personas realizan esfuerzos ímprobos por adquirir prendas de vestir, complementos o cualquier objeto que les permita lucir una remota exclusividad y los saque de la homogeneidad.

Al pasear por las calles o por los centros comerciales uno se percata de cómo la práctica totalidad de las personas con las que se cruza emplean el “lujo” para distinguirse de los que les rodean. Ni que decir tiene de ciertos círculos aparentemente “exclusivos” en los que la copia de los estereotipos que transmiten los medios masivos son la tónica general. Las imitadoras de Paris Hilton, quizá el mayor ejemplo de toda esta glosa sobre el lujo y la (no)elegancia, surgen por cualquier rincón del planeta y en todas los estratos económico-sociales.

Hoy el ser humano debe medir su elegancia más en el fondo que en las formas. Porque las formas, nos guste o no, nos están viniendo impuestas por modelos sociales, por campañas publicitarias y por ese presunto lujo que no es otra cosa que pagar más por lo mismo.

4 comentarios:

ev dijo...

Paco. ¿Ser educado es elegante?, ¿ser honrado es elegante?, ¿ser honesto es elegante? ser amable, cortés, sociable, simpático, conversador… ¿es elegante? Pareciera que pese a que trato de ejemplificar cosas que no tienen que ver con apariencias físicas o materiales, siento la leve sensación de que al agregarle el adjetivo elegante disminuyo en algo el concepto como tal. Lastimosamente el adjetivo tiende a aludirme a calificar un poco superfluamente los conceptos ejemplificados. Quizás porque siento que ellos por si mismos deben decirse en las acciones mismas sin hacer derroche, ostentación, despilfarro o exceso alguno al pronunciar o ejercer alguna de ellas. Pareciera para mí, que más elegante es acaso lucir cualquiera de éstas cualidades en la forma mas sutil, privada y acaso preferiblemente transparente o mimetizada de tal manera que su fuerte presencia se trasluzca por si misma en la fuerza misma de su esencia. Quizás lo que quiero decir es que la elegancia no se puede comprar, por tanto no hay dinero que la pague. La elegancia es algo que se construye respetando, precisamente, ese silencio que la dice.

Gonsaulo Magno dijo...

Ciertamente, hay que distinguir entre el lujo y la elegancia, que son dos cosas completamente distntas.
El lujo se puede comprar, la elegancia es inherente a a persona. El lujo se lleva, la elegancia se es.
Un saludo!

Antillana del Mar dijo...

Excelente blog Pako!! ......... pienso en la elegancia ....... como uno más de los tantos valores que nos ha castrado el modernismo de la época, el esnobismo, el libertinaje de pensamiento, la inseguridad y el pánico de nuestra sociedad, de mi generación, del mundo globalizado, repartido, manipulado .......... la elegancia la comprendí en el ambiente familiar donde crecí ...... no teníamos mucho ...... el lujo era incomprensible en una sociedad que nacía desgarrando a los ricos de sus bienes y cual Robin Hood ....... entregando a los pobres las riquezas!!! ....... era también otra época ........ memorias ........ recuerdo ....... mi abuela siempre limpia .......... arreglada ......... dulce en el gesto ......... grata en la sonrisa ....... discreta pero fuerte de alma y pensamiento .......... respetuosa hasta con los muebles de la casa ........ altiva ....... realmente una mujer elegante ........... ya el modernismo no comprende a las personas así ...... porque al hombre se le dijo ......... eres libre!! ....... y olvidó que la libertad es el deber de serlo, con uno mismo, no con el mundo ........ saludotes Pakito ......... te seguiré .......... como fiel lectora ...........

Unknown dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Eve, en mi opinión la elegancia se mide más por lo que no se hace que por lo que se hace. La honradez, la educación y la cortesía son valores inherentes a la elegancia. Otros como la sociabilidad o la simpatía simplemente no tienen nada que ver. En el fondo, como bien comentas, la elegancia es mucho más que los que se exhibe exteriormente. Recuerda: "Placeres privados son virtudes públicas".

Antillana, yo también te seguiré.

Gonsaulo, tu blog es todo un signo de elegancia.

Saludos.