viernes, 26 de enero de 2007

Elegancia perdida, ¿la encontraremos?

Decía Epicuro que los placeres que se mantenían en privado eran propios de las personas que públicamente mostraban sus mejores virtudes. En otras palabras que el disfrute de los placeres terrenales es algo que debe dejarse para la intimidad y la privacidad, siendo así que externa y públicamente sólo se mostrarían las virtudes. Aquel pensamiento del fundador del epicureismo dista mucho de los cánones que hoy imperan en la sociedad. Los modelos a seguir son personas que viven una vida pública llena de placeres fatuos, los cuales casi se confunden con su propia existencia a los ojos de un público inmaduro y ansioso por imitar mínimamente el comportamiento de las estrellas que aparecen en los medios de comunicación masiva.

La elegancia en gran medida es eso: placeres privados y virtudes públicas. De ahí que podamos entender que la sociedad actual ha perdido cualquier atisbo de encontrar en el valor de la elegancia una referencia. La elegancia ha sido desastrosamente reducida a una clasificación de personajes públicos que aparecen bien vestidos en las entregas de premios. Pero comprobemos cuál es la realidad diaria de esas rutilantes estrellas: detenciones por conducir ebrios, fiestas desenfrenadas transmitidas en directo, apariciones en público en harapos -los harapos por muy grande que luzcan un logotipo continúan siendo la ropa que habitualmente usan las personas de muy escasos recursos económicosy desafortunadamente no tienen otra cosa con la que cubrirse- y otros muchos comportamientos que iremos desgranando en esta bitácora desalmada.

Sorprende terriblemente ver cómo los/las elegantes oficiales no son más que una panda de fugaces estrellas que lucen como despojos humanos fuera de los platós de televisión y apenas sostienen una conversación inteligible cuando son entrevistados a la salida de los estrenos. Pero esos son los modelos que nos plantea la sociedad de consumo y que millones de personas en los cinco continentes siguen a pies juntillas.

Sin embargo, uno tiene la incierta esperanza de que este panorama cambiará. Que una nueva generación llena de sensatez y sentido común pueda devolvernos a ese ideal soñado de los epicúreos. Que se vuelva a percibir que el mundo es algo más que imitación, algo más que consumo masivo y que los seres humanos crean en su propia individualidad y afloren sus mejores virtudes. El ser humano elegante como objetivo para una sociedad nueva y más consciente de la capacidad personal frente a la imposición colectiva y mediática.

Bienvenidos los que se atrevan.


Nota

Epicureismo: En el año 306 a. C. Epicuro adquirió la finca llamada “El Jardín” en las afueras de Atenas y fundó su escuela de filosofía. Formada tanto por varones como por mujeres (gran novedad en las escuelas griegas), en ella vivió aislado de la vida política y de la sociedad, practicando la amistad y la vida estética y de conocimiento.
El objetivo de esta filosofía es (como el del resto de escuelas morales helenísticas) el arte de la vida, la realización de una vida buena y feliz. Para el cumplimiento de este objetivo Epicuro consideró que la filosofía tiene una doble tarea: combatir las ideas falsas que fomentan el miedo y el sufrimiento y crear en el sabio un estado de ánimo o talante favorable en toda circunstancia y lugar. Entre aquellas ideas hay que incluir fundamentalmente el miedo al dolor, el temor a la muerte, a los dioses y al destino; la parte de la filosofía que permite resolver estas cuestiones será la Física. La segunda tarea está en manos de la Ética.
La filosofía es para Epicuro el arte de la vida feliz. Por eso la física y la lógica son solo medios para conseguir este fin. Divide la filosofía en Ética (que incluye también consideraciones psicológicas o relativas al alma), Física y Canónica (fundamentalmente lógica y teoría del conocimiento). (www.e-torredebabel.com)

4 comentarios:

Maria dijo...

Buen post¡¡¡, Felicitaciones.

María L.

Marie dijo...

Ya la encontraré... hablo de esa elegancia perdida. Muy lindo tu comentario y muy bueno tu blog. Un saludo.

Marielos

Pakithor dijo...

Gracias, por los comentarios. Espero que sigan pensando a lo largo de los artículos que están por llegar.

Saludos.

Anónimo dijo...

Nuevamente te digo que envidio tu manera de redactar.
El último artículo está muy bueno, manteniendo el mismo nivel de interés y calidad de redacción.
Me pareció super interesante cuando hablaste sobre la metrosexualidad. Es algo que se puede ver hoy día en absolutamente todos los lugares.
Aquí en Argentina los hombres se desarreglan para arreglarse. Cada vez más los hombres se van "pareciendo" a las mujeres con su interés por su aspecto, y cómo son vistos y aceptados por la sociedad. La sociedad en que vivimos nos mide y nos cataloga por las marcas de ropa que usamos y por nuestra manera de vernos. Poco a poco nos vamos volviendo más materialistas. Lástima... Pero la verdad es que no estamos haciendo nada para detenerlo, sino que más bien pasamos a formar parte de esa ola, que poco a poco va agregando a más personas a su lista.

Espero que sigás escribiendo, porque la verdad es que me encanta todo lo que has escrito hasta el momento.